Juzgué vidas,
pero el mundo no se detuvo,
siguió girando como de costumbre.
Me equivoqué,
pero he aprendido de mis errores
y ellos me han echo crecer.
Dije cosas sin pensar
en realidad las pensé
pero no las reflexioné.
Escupí palabras,
y quizá ofendí o dañé,
pero me he dado cuenta de lo que ocasioné.
No quiero huir de esa responsabilidad
de cierta forma fuí yo la que estuvo mal,
pero si quisiera aclarar,
que quien dijo esas cosas fue la mujer de ayer,
no la mujer en la que me he convertido hoy.
Atentamente: Patricia May Ek.
Ticul, Yucatán.
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