UNA VIDA

El extraño caso de Paulette

CREDITO:
Manuel Ajenjo
La mañana del lunes 22 de marzo, al no ser encontrada en su recámara, la niña de cuatro años Paulette Gebara Farah fue reportada a la Procuraduría del Estado de México como extraviada.

El suceso ha sido ampliamente comentado en todos los medios. Si no estuviera de por medio una vida inocente, la de una pequeña con discapacidad, el acontecimiento, por sí mismo, inspiraría una comedia de equivocaciones.

Al margen del dolor que a toda la sociedad le provoca esta muerte. Con todo respeto para la inocente Paulette y sus apesadumbrados familiares. Sin ánimo de juzgar a nadie. Esta columna se atreve a hacer una crónica de lo ocurrido. No desde el punto de vista, reitero, del sufrimiento del que nadie somos ajenjos. Sí, desde el ángulo policiaco y de procuración de justicia, los cuales quedan en entredicho.

Las primeras 48 horas

Por medio de las series gringas de detectives y médicos forenses, sabemos que en cualquier investigación criminalística las primeras 48 horas a partir del hecho delictuoso o de su denuncia son vitales para el esclarecimiento del mismo. ¿Qué hizo la Procuraduría del Estado de México durante este trascendente lapso? De inmediato, el lugar de los hechos fue visitado por los Servicios Periciales, agentes ministeriales, 10 vehículos y elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, así como un laboratorio móvil y cuatro perros entrenados -la nota no especifica entrenados para qué, si para cachar freezbees con el hocico o encontrar desaparecidos-. Más de cinco horas duró la investigación en el departamento y demás áreas del edificio -con pruebas de luminol, estudios de química forense y exámenes de poligrafía- no encontraron nada. Parece ser que los perros donde más ladraron fue en la recámara de la pequeña, pero esto les pareció lógico a los agentes: “Es normal que aquí ladren si consideramos que es el lugar donde está su ropa y sus juguetes”. En castigo por ladrar donde, por lógica, hasta un gato ladraría, los sabuesos fueron puestos a rastrear 38 kilómetros cuadrados sin que encontraran a la niña. (Y tal parece que ni siquiera un freezbee).

Pese a que se percataron que en todo el departamento no había una sola señal de rompimiento de chapas ni ventanas forzadas ni huellas ajenas a las de los habitantes de la construcción, dictaminaron como móvil el secuestro. Y en contra de la lógica -ya no digamos de los expertos en la materia, sino hasta la de los aficionados a las series de detectives- que indicaba que la recámara de la niña debió ser preservada si no como la escena del crimen, cuando menos como el último lugar en donde estuvo la pequeña Paulette.

Los elementos del operativo al mando del procurador Alberto Bazbaz (hay quien dice que le sobran “zetas” a su apellido) permitieron la entrada de visitantes, amigos de la familia y hasta reporteros. Inclusive, hay pruebas documentadas por la reportera Adriana Estela Flores, de Milenio, la cual sugirió a Lisette Farah, madre de Paulette, hacerle una entrevista en la recámara de su hija. “Pero está todo regado”, argumentó, “bueno, mira, deja que lo limpien y mientras yo me arreglo para la entrevista”. Esto último lo dijo cuando su todavía marido -hay suspicacias que entre la pareja hay desavenencias- al verla en pants y despeinada le preguntó: ¿Así vas a salir en la televisión? Aquí el cronista abre un paréntesis: (los 15 minutos de fama televisiva, así sean a consecuencia de la desaparición de un ser querido deben ser aprovechados con glamour. Que no se diga que la entrevistada es una fodonga o carece de ropa propia para proyectar un buen look de costa a costa y de frontera a frontera. Por esta misma vanidosa razón, conjetura el que escribe, Lisette accedió a que la entrevista fuera en la recámara de la niña:

Que vean, los pobres y clasemedieros, la gran cantidad de ropa y juguetes que le compramos a nuestra querida niña). A petición de la reportera, la señora Farah fue entrevistada a los pies de la cama de Paulette. Cuyo colchón, nadie, jamás levantó.

Ni modo que se la hubiera llevado Harry Potter

El edificio donde la niña de cuatro años vivía, en una de las zonas más exclusivas del área metropolitana, para mayor seguridad cuenta con cámaras de video. Pero éstas, según se supo, sólo sirven para que los encargados de la vigilancia vean lo que ocurre en determinados puntos del inmueble, es decir, no graban. (“Oiga, arquitecto, le vamos a poner a las cámaras sus respectivas grabadoras”. “No”, dijo el arqui. “Según don Billete -el dueño de la constructora- si les ponemos grabadoras los nacos de seguridad no van a saber manejarlas. Sólo les servirían para ponerse a jugar con ellas grabando a las chachas”).

No obstante que la familia aseguró que la Procuraduría del Estado de México estaba haciendo un excelente trabajo -cuando menos el departamento y los bienes ahí resguardados fueron respetados-. Aunque -acotación del columnista- por la mente de más de algún agente debió haber pasado la idea de confiscar alguna cosa de valor: “Ira pareja, esta pantalla de LCD está sintonizada en Nickelodeon, lo cual significa que fue el último canal que vio la chavita, ¿qué te parece si la aseguramos como prueba?”- los padres y amigos de la niña emprendieron una fuerte campaña a través de anuncios espectaculares en algunas vialidades citadinas, reforzada en Facebook y Twitter, pidiendo información sobre Paulette.

Lo único seguro: no murió antes de su desaparición ni después de hallar el cadáver.

El lunes 29 de marzo, el procurador Bazbaz informó que debido a que los padres y las dos nanas de la menor habían proporcionado versiones distintas y contradictorias de los hechos, lo que dificultaba establecer una correcta línea de investigación, serían arraigados por un tiempo no mayor a 30 días.

Nueve días después de que sus padres anunciaron su desaparición, la madrugada del 31 de marzo, en la cuarta visita hecha al domicilio, Paulette fue encontrada muerta por asfixia, envuelta en una bolsa negra, cubierta por sábanas en una rendija entre el colchón de su cama y una estructura del mueble. Su muerte, según los peritos, ocurrió entre el 21 y el 26 de marzo -eso se llama exactitud, lo demás son cuentos de CSI-.

Al parecer, el padre y las nanas han sido puestos en libertad. Lisette Farah se encuentra en calidad de indiciada.

Mientras tanto, el procurador del DF, Miguel Ángel Mancera, que no sabemos para quién trabaja, reveló que la dependencia a su cargo está buscando a una persona del sexo masculino vinculada al asesinato de Paulette. Con lo cual le dio un pitazo al sospechoso. ¡Aguas mi buen, vamos por ti!

La ciencia y la política

Ayer en el noticiero de Carlos Loret de Mola, al ser entrevistado, Alberto Bazbaz dijo que todas las interrogantes en torno del caso las va a contestar la ciencia de manera certera. Pero que hay que dejar -dijo, palabras más palabras menos- que los científicos hagan su trabajo con el tiempo y la paciencia que se requieren. No queremos estar sometidos a tiempos fatales, sin prisa y sin pausa. Tiene que ser un tiempo razonable, el que la ciencia pida, no el tiempo que el Procurador determine. Si a la ciencia y a los científicos les va a hacer el mismo caso que le hizo a los perros está listo. Una pregunta: ¿si a la ciencia se le adelanta, la política y tiene que renunciar?

Como no le tenemos confianza, le diremos la R

Este columnista que admira y, a veces, hasta entiende lo que escribe, le desea un pronto restablecimiento a Carlos Monsiváis


Comentario de Patricia May Ek:

Esta Redacción me parece excelente, entendible e inofensiva, es increible como suceden las cosas en nuestro pais, la verdad es que nos hace falta mucho para mejorar, pero lo peor aqui no es que no tengamos recursos, o las suficientes ganas de sobresalir o cumplir con una función, sino el hecho de que una vida se perdió, disculpen si soy sensible ante esta situación, pero tan sólo era una bebita de 4 años, si murió por accidente, no creo creible que ella se haya envuelto de tal manera...y se haya acomodado por ahi, y sobre no cabe en la cabeza como una madre podria descuidar a una pequeña que posee algun tipo de discapacidad, también quiero externar, que si la madre o cualquier otro ser humano le arrebato la vida a esta personita, me da pena esa persona, porque no es valido cometer un acto asi, y menos a un ser indefenso, honestamente, le pido a Dios, a la verdad, a la justicia, o a cualquier cosa que puede ser útil, que se llegue a la conclusión sin palabras menos ni más, y si hay un responsable, sea por descuido o por intención, reciba su castigo.
Yo no conozco a esta niña, pero tengo una sobrina a la que quiero mucho, y me moriria si algo le pasara a ella, por lo tanto debo decir que siento un terrible afecto por los pequenines, y creo que ellos merecen respeto, amor, cuidado, para tener un buen desarrollo.
Disculpen si hago comentarios poco validos o quizá ridiculos para algunos.

atte patricia may ek.